Paleontología

Rincón Colorado. Estado de Coahuila. Foto: Mauricio Marat, INAH.

 

*** El órgano consultivo quedó constituido por un presidente, un secretario y 12 vocales; es de carácter interinstitucional, integrado por especialistas reconocidos en este campo

 

*** Fue creado por el INAH en 1994 para garantizar las acciones de salvaguarda del patrimonio paleontológico, su primer presidente fue Joaquín García-Bárcena

 

La Dirección General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reactivó el Consejo de Paleontología, órgano colegiado, académico y consultivo de la institución, para normar la investigación, conservación y difusión del patrimonio fósil de México.

 

El nuevo consejo está integrado por un presidente, un secretario y 12 vocales, designados desde las rectorías y direcciones generales de las instituciones académicas más importantes del país donde se desarrolla la paleontología, mismas que fueron invitadas por el INAH para conformar el órgano colegiado e integrar un consejo plural.

 

La reactivación del Consejo de Paleontología se impulsa en congruencia con la  Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que desde 1985 le confirió al INAH la protección, investigación, conservación y difusión de este patrimonio, así como la Ley Orgánica que norma al INAH y su Manual General de Organización, y tiene el propósito de garantizar las acciones para su salvaguarda, proponer y recomendar investigaciones y actividades tendientes a lograr un mejor conocimiento, conservación, protección y difusión del mismo.

 

El Consejo de Paleontología fue creado por el INAH en 1994, con el propósito de desarrollar las propuestas de normas que deben aplicarse al patrimonio paleontológico y de cubrir el alcance de éste. Desde sus orígenes se concibió como un órgano consultivo interinstitucional formado por especialistas reconocidos en este campo. En su primera época estuvo integrado por ocho vocales y presidido por el ingeniero Joaquín García-Bárcena, dada su destacada trayectoria como impulsor de la paleontología mexicana.

 

Este 26 de mayo, durante la instalación del consejo en la sede de los Laboratorios de Apoyo Académico del INAH, donde en los años sesenta se desarrolló el legendario Departamento de Prehistoria, recibió el nombramiento como nueva presidenta del Consejo de Paleontología, la maestra Felisa Aguilar Arellano.

 

Felisa Aguilar es maestra en Ciencias Biológicas por la UNAM, dentro de la especialidad de Sistemática (área encargada de clasificar a las especies a partir de su historia evolutiva). Su campo de estudio es la paleoecología y recientemente ha desarrollado investigaciones sobre las especies de dinosaurios que habitaron en México durante el periodo Cretácico.

 

Cuenta con estudios sobre gestión del patrimonio, cuidado y manejo de colecciones científicas, conservación y restauración del patrimonio paleontológico y prehistórico. Es miembro de sociedades científicas en México y el extranjero, como la Sociedad Botánica de México, la Sociedad Mexicana de Paleontología (vocal de la región noreste), la Sociedad Latinoamericana de Paleobotánica y Palinología, The Paleontological Society e International Council for Archaeozoology, entre otras.

 

Asimismo, ha desempeñado labores docentes y editoriales en su campo de estudio, e impartido conferencias en todo el país. Su trabajo se ha extendido a la divulgación participando en la elaboración de guiones científicos para museos y exhibiciones relacionadas con la paleontología, entre las que destaca Rincón Colorado, la primera zona paleontología en México, actualmente en preparación.

 

Es autora de diversos artículos científicos y de divulgación, y coautora de libros especializados. Desde 2010 es investigadora titular del Centro INAH-Coahuila.  

 

Como secretaria del consejo se nombró a la arqueóloga Cristina Corona Jamaica, de la subdirección de Paleontología. Los 12 vocales son los paleontólogos: Blanca Buitrón Sánchez, de la Sociedad Mexicana de Paleontología; Joaquín Arroyo Cabrales, del Laboratorio de Arqueozoología del INAH; Eduardo Corona Martínez, del Centro INAH-Morelos; Elena Centeno García, de la UNAM; Marcelo Aguilar Piña, del Instituto Mexicano del Petróleo.

 

María Luisa García Zepeda, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Guillermo Alvarado Valdez, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Elizabeth Chacón Baca, de la Universidad Autónoma del Estado de Nuevo León; Eduardo Limas García, de la Universidad Autónoma de Chihuahua; Gerardo Fabio Carbot Chanona, del Instituto de Historia Natural de Chiapas; Rosalía Guerrero Arenas, de la Universidad del Mar, y Víctor Manuel Bravo Cuevas, de la Universidad del Estado de Hidalgo.

 

Felisa Aguilar saludó al cuerpo colegiado y habló de los retos que tiene el nuevo organismo, entre otros mencionó establecer las directrices que permitan un mejor desarrollo de la paleontología a nivel nacional en materia de investigación, buscar la revaloración de los elementos paleontológicos como bienes patrimoniales, avanzar en el registro de colecciones, revisar el tema del turismo, trabajar en el marco jurídico que proteja a este tipo de vestigios, en tanto aún se carece de una reglamentación en la materia, así como incentivar la interacción con las comunidades donde se localizan los yacimientos para incluir a éstas en los beneficios que pueda darles su patrimonio.

 

El universo de objetos paleontológicos registrados por el INAH es de 19 mil 448, concentrados en 10 acervos. El 12 por ciento (dos mil 329) están bajo custodia de la propia institución; el 85 por ciento, de universidades, museos e institutos, y el 3 por ciento, de particulares.

 

Asimismo, tiene registrados 32 sitios paleontológicos en los estados de México, Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Colima, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Sonora, Coahuila y Tamaulipas.

 

Dicho acervo se ha constituido a lo largo de muchos años de registros y estudio con distintas metodologías. El registro es una primera forma de protección, al representar la fe pública de la existencia del bien a manera de un “acta de nacimiento”.

 

De acuerdo con la Dirección General del INAH, la primera tarea del Consejo de Paleontología será trazar una política de preservación del patrimonio paleontológico y dejar claro cuáles son los conceptos de conservación en este ámbito, porque por mucho tiempo se pensó que el tratamiento podía ser el mismo que para el arqueológico, siendo distintos.